En todo trabajo de investigación debemos definir unos objetivos, es decir, a donde queremos llegar, qué queremos lograr. Es frecuente desglosar un objetivo general en varios específicos. En cambio, la hipótesis es un enunciado sobre lo que queremos conseguir en esta investigación, acerca de las relaciones entre las variables con las que tratamos.
Ejemplo:
- Objetivo: conocer si mejora el resultado en el abordaje de las UPP según la técnica que se utilice.
- Hipótesis: sospecho que existen diferencias en los resultados del abordaje de las UPP según la técnica que se utilice.
Siempre sospechamos que una variable influye sobre la otra, es decir, existe una variable independiente (predictora) y una dependiente (resultado). En todo caso, existe una "hipótesis nula", que indica que no existen diferencias entre ambas variables. En toda hipótesis existen dos hipótesis alternativas y una hipótesis nula.
Ejemplo: Conocer si el abordaje de las úlceras por presión (UPP) mejora según la técnica que se utilice.
- Variable independiente (V1): evolución de las UPP.
- Variable dependiente (V2): técnica de cobertura de la lesión con azúcar no estéril o técnica de empleo de hidrocoloides.
- Hipótesis alternativa 1: el azúcar no estéril es más eficaz que los hidrocoloides.
- Hipótesis alternativa 2: los hidrocoloides son más eficaces que el azúcar no estéril.
- Hipótesis nula (H0): el tipo de técnica no influye en la evolución de las UPP.
Para realizar la pregunta de nuestro trabajo de investigación, que debe ser clara y precisa, acudimos a la teoría descrita en la entrada del Seminario 1, en la cual se explica cómo realizar una pregunta PICO y como buscar en bases de datos científicas la información necesaria para responder nuestra pregunta.
Para determinar el nivel de evidencia de un trabajo, clasificamos de la siguiente manera los tipos de estudio epidemiológicos:
Por último, tenemos los estudios de seguimiento o de cohorte, que se refieren a grupos que tienen algo en común, y haciendo un seguimiento del grupo este estudio puede ser:
- estudio de casos y controles
- retrospectivo
- prospectivo
Una vez determinado el nivel de evidencia (ayuda a los profesionales de la salud a valorar la fortaleza o solidez de la evidencia asociada a los resultados obtenidos de una estrategia terapéutica), podemos clasificarlo de la siguiente manera:
- Nivel de evidencia I: la evidencia proviene de metaanálisis de ensayos controlados, aleatorizados, bien diseñados.
- Nivel de evidencia II: la evidencia proviene de, al menos, un ensayo controlado aleatorizado o un metaanálisis de alta calidad. Se deduce que haya sesgos.
- Nivel de evidencia III
- Nivel de evidencia III.1: la evidencia proviene de, al menos, un estudio controlado bien diseñado sin aleatorizar. Estudios analíticos observacionales.
- Nivel de evidencia III.2: la evidencia proviene de estudios analíticos observacionales bien diseñados, tipo cohorte prospectiva o casos y controles.
- Nivel de evidencia III.3: la evidencia proviene de cohortes históricas (retrospectivas). Es el más frecuente.
- Nivel de evidencia IV: opiniones de autoridades respetadas, basadas en la experiencia clínica no cuantificada, o en informes de comités expertos. Estudios descriptivos.
De los anteriores niveles de evidencia, surgen cinco grados de recomendación, aplicables como criterios de calidad a distintos niveles:
Aunque algo lioso por la gran cantidad de teoría que contiene, me parece interesante este tema debido a la cantidad de estudios y fuentes bibliográficas a las que se puede acudir y en los que se pueden clasificar. De esta misma manera, es importante conocer todos estos tipos de estudio para poder realizar nuestro trabajo de investigación y llevarlo a cabo con éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario